Pedales del coche

Los pedales del automóvil son un mecanismo de 2-3 palancas que, tras recibir la fuerza del conductor sobre una plataforma, actúa sobre el rendimiento del motor y/o la caja de cambios. 

Aunque su uso más extendido, especialmente en este formato, es en los coches y otros vehículos a motor de uso general, aparecen también en otros medios de locomoción e incluso en mecanismos con otro uso (máquinas, cintas transportadoras, etc.)

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Freno, acelerador y embrague

El primer modelo de coche que incluyó los 3 pedales con la configuración actual fue el Cadillac Type 53 en el año 1915. La capacidad de los pedales, complementarias en el caso del binomio freno-acelerador,  han extendido el uso de los vehículos a motor entre particulares, facilitando su manejo frente a sistemas anteriores con mayor exigencia física y técnica. 

¿Cuál es el orden de los pedales del coche?

A pesar del pleno grado de automatización del proceso en los conductores, cerca del 40% de españoles con carnet de conducir vigente, son incapaces de identificar cuál es cada uno si no se encuentran en su vehículo simulando la conducción. 

De izquierda a derecha, los pedales del coche siguen el siguiente orden:

  • El embrague. Dispuesto en exclusividad para el pie izquierdo del conductor. Se emplea en el cambio de marchas de los vehículos con caja de cambios manual.
  • El freno. Situado en el medio de sus homólogos. Suele tener una superficie de pisada algo mayor, al tratarse de un elemento que, además de actuar sobre el rendimiento del coche, también es un sistema de seguridad primario. Se activa con el pie derecho.
  • El acelerador. El favorito de los amantes de  la velocidad. También se utiliza con el pie derecho, de modo que el uso del freno implica, necesariamente, prescindir de acelerar.

¿Cómo usar el pedal de embrague?

Uno de los mecanismos más sensibles de la conducción. El hecho de que su activación se trate de un mecanismo de fricción (discos de acoplamiento en la caja de cambios) exigen especial atención en su uso. 

Es importante conocer el “tacto” y “recorrido” del embrague de un vehículo para garantizar un correcto funcionamiento de las marchas. 

Aunque su empleo cada vez es menor con la proliferación de los vehículos automáticos que prescinden de los tradicionales cambios manuales, han sido (y son)  una de las averías más frecuentes de los automóviles.

¿Cómo usar el pedal de freno?

Podemos matizar su uso con tres principios básicos:

  • Suavidad. El pedal de freno es un elemento con elevada sensibilidad. Un uso brusco del mismo es contraproducente. 
  • Progresividad. Su empleo ha de hacerse de manera progresiva, anticipando en la medida de lo posible la necesidad de frenar el vehículo. Lo ideal ante una frenada es someter el pedal a una fuerza suave que poco a poco se incremente, de este modo se prevén situaciones críticas en el manejo del automóvil, como por ejemplo el bloqueo de la dirección o del propio sistema de frenado.
  • Regulación. En muchas ocasiones su uso es simultáneo al pedal de embrague. Este proceso conocido como “reducción de marcha”, se completa con el “freno motor” que favorece la reducción de velocidad y reduce la exigencia de frenado de este sistema.

¿Cómo usar el pedal del acelerador?

Con cautela. El acelerador es un pedal muy traicionero. La conducción eficiente se apoya en la inercia y en una velocidad sin cambios bruscos.

Actualmente, los sistemas integrados de “velocidad crucero” y/o “limitador de velocidad” que incorpora prácticamente toda la flota de vehículos en circulación, ayudan a prevenir un mal uso del pedal del acelerador. 

En cualquier caso, un abuso de la velocidad y una conducción con “acelerones” supone un riesgo doble: en cuanto a la durabilidad de los componentes motores y en materia de seguridad vial

Pedales de coche automático

Nos enfrentamos al adiós definitivo del cambio de marchas y del embrague. El proceso de automatización de las cajas de cambio de los vehículos prescinde de estos elementos. En su lugar, un nuevo sistema con 4 posibilidades: P (estacionamiento), R (marcha atrás), N (punto muerto) y D (conducción en movimiento.

La omisión del pedal de embrague facilita la conducción al usuario, pero el proceso de adaptación puede suponer un riesgo añadido. El pie izquierdo deja de emplearse y los dos pedales restantes, freno y acelerador, se activarán ambos con el pie derecho. 

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