Trolebús
El trolebús es un vehículo con apariencia de autobús y características de movilidad propias de un tranvía, puesto que se desplaza con energía eléctrica.
Esta modalidad de transporte está diseñada para operar en rutas urbanas e interurbanas, aprovechando la infraestructura de cables eléctricos suspendidos en el aire, los cuales proporcionan la energía necesaria para su funcionamiento.
¿Por qué se llaman trolebús?
El origen del nombre de esta clase de vehículos se remonta a la versión francesa del mismo, que es trolleybus, la cual se tomó, a su vez, del inglés trolley bus, que quiere decir "ómnibus de tracción eléctrica, sin carriles", según la RAE.
De hecho, en algunos países de Latinoamérica se les conoce simplemente como los trolley.
Una de las principales ventajas del trolebús frente a los autobuses convencionales es su menor impacto ambiental, ya que utiliza electricidad en lugar de combustibles fósiles, lo que contribuye a la reducción de emisiones contaminantes y a la mejora de la calidad del aire en las ciudades. Además, su tracción eléctrica permite un funcionamiento más suave y eficiente, lo que reduce el ruido y las vibraciones, mejorando así la experiencia de viaje para los pasajeros y disminuyendo la contaminación acústica en las zonas urbanas.
El trolebús también tiene la capacidad de transitar por rutas con pendientes pronunciadas, lo que lo hace especialmente adecuado para ciudades con terrenos irregulares. A pesar de que se asemeja a un autobús en cuanto a su capacidad y tamaño, la tecnología de tracción eléctrica le otorga un rendimiento superior en cuanto a eficiencia energética y fiabilidad operativa.
En términos de infraestructura, el trolebús depende de una red de cables aéreos, que son esenciales para su funcionamiento. Aunque esto limita la flexibilidad de su ruta en comparación con los autobuses tradicionales, en muchas ciudades se han desarrollado sistemas de trolebuses con rutas fijas que ofrecen una alternativa ecológica, eficiente y confiable al transporte público convencional.
En resumen, el trolebús se presenta como una opción innovadora y sostenible para el transporte urbano, contribuyendo a la reducción de la huella de carbono y ofreciendo una alternativa eficaz y económica para las ciudades que buscan mejorar su sistema de movilidad urbana.
Historia del trolebús en España
El “trole”, como también se le conoce, surge a finales del siglo XIX en Alemania, en una línea de desarrollo paralela al perfeccionamiento del tranvía. A principios del siglo XX llegó a España un primer proyecto que, con una alternativa más económica que el tranvía, buscó conectar dos núcleos urbanos interregionales cercanos: Behobia, en la provincia de Guipúzcoa, con la localidad navarra de Bera de Bidasoa.
El máximo desarrollo de esta tecnología en Europa, se alcanzó en los años treinta, período con un desarrollo nacional comprometido por la Guerra Civil. El trolebús únicamente se asentó en la capital de Vizcaya, Bilbao, quien fuera también precursora del uso del tranvía.
Fue a partir de los años cincuenta, con una legislación en materia de transportes que favorecía esta alternativa como referencia de transporte urbano, cuando se extendió a un total de 18 capitales de provincia.
No obstante, la nula capacidad de la industria española para mejorar esta tecnología, que adquiere en su mayoría a especialistas franceses; sumada a la expansión de los coches particulares, supuso la decadencia del sector en la década de los setenta.
Con la clausura de la última línea de trolebús en Valencia, en el año 1989, su presencia en territorio español se reduce a centros de exposiciones y la memoria de los nostálgicos.
¿Un trolebús se considera un vehículo de motor?
No, un trolebús no es un vehículo de motor. Para ser aplicable esta característica, debe estar provisto de un motor o asimilado para su propulsión (cualquier sistema que se base en combustibles fósiles). En este caso, la energía motriz se obtiene exclusivamente de un sistema de red eléctrica específico.
Cabe mencionar que como emplea una vía pública para poder rodar, se le suele comparar mucho con el tranvía. No en tanto, hay diferencis bastante pronunciadas entre cada uno de los sistemas.
Diferencias entre tranvía y trolebús
Existen dos aspectos clave por los que se diferencian ambos conceptos:
El trolebús no necesita un espacio exclusivo en la vía pública para circular. Mientras que un tranvía circula por raíles, el trolebús lo hace mediante neumáticos convencionales, por lo que únicamente necesita una instalación de catenarias para circular. Será esta infraestructura la que limite el uso del carril destinado a tal efecto.
Las propias características motrices limitan la autonomía del trolebús. A pesar de ser una opción menos invasiva, el hecho de no circular sobre raíles no ofrece una alternativa en caso de una avería eléctrica o un rediseño del plan de transporte (aprovechar las vías para metros ligeros, por ejemplo). Prestaciones que sí permiten una red de tranvía.
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