08 Octubre, 2018
Presentación del nuevo Mercedes Clase B 2019
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Simulador Renting de cochesMercedes siempre ha sido la marca de alto estanding de referencia. Por norma general, sus productos han sido caros por motivos más que razonables, pues dentro de su máxima como fabricante, no escatimaba en medios para ofrecer el mejor producto posible. Sólo hay que echar un ojo al estado de muchos modelos de antaño para comprobar que los materiales y las tapicerías, por ejemplo, mantienen un estado más que decente. Mencionamos estos detalles porque son siempre los que más sufren durante el uso diario de un vehículo. Esta forma de trabajar acabó, según se dice, con el Mercedes W124, la primera generación de la Clase E conocida como tal y que se fabricó hasta 1996. Algunos departamentos de la marca, llegaron a declarar que habían creado un ‘over-engineered’, una forma de denominar a productos más robustos de lo necesario.
Que se dejara de fabricar productos bajo la máxima de ‘sólo lo mejor’ no quiere decir que se bajara la calidad, sino que había una especie de filtro, los modelos más caros y de representación no tendría límites en ese sentido, pero el resto iría un poco por debajo para poder luchar de tú a tú en un mercado cada vez más complicado y competitivo. Aun con estas, Mercedes siempre ha sido una compañía con productos un paso por encima del resto y eso se ha notado en los precios, que no estaban al alcance de todos. Se hacía necesario abrir el abanico de clientes y en 1997, se dio un paso que no todo el mundo llegó a entender pero que ha supuesto muchos beneficios para la marca: lanzaron el revolucionario Mercedes Clase A. Aquel que se hizo famoso por sus problemas en la prueba del Alce y que actualmente, es uno de los compactos más punteros del mercado, aunque su fisonomía y sus objetivos no sean ni parecidos.
La primera generación estuvo sola en el mercado, pero la segunda, que todavía conservaba su forma de monovolumen y que fue puesta en circulación en el año 2004, tuvo un compañero de andaduras. Se basaba en la misma plataforma, compartían motores, transmisiones y muchos otros componentes que se podían reconocer a simple vista tanto en el habitáculo como en el exterior, pero su concepción buscaba otro tipo de cliente y ofrecía otras características. Hablamos del Mercedes Clase B, la primera incursión de Mercedes en el segmento de los monovolúmenes compactos. Una parcela de mercado que por aquel entonces, estaba muy en boga, algo similar a los que ocurre actualmente con los SUV, aunque sin su espectacular proyección comercial ni voracidad.
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Comparte muchas cosas con el Mercedes Clase A
El nivel de ventas no fue mal y recibió un restyling y una segunda generación, obviamente, basada en su respectivo ‘compañero’ compacto. Esta segunda generación fue muy diferente a la primera, pues el Mercedes Clase A sufrió una metamorfosis brutal que lo convirtió en un modelo totalmente diferente y un éxito de ventas. De hecho, el Clase A es a día de hoy un pilar especialmente importante en las cuentas anuales de la marca y en su tercera generación ha dado un nuevo giro en cuanto a concepción que, como cabe esperar, también ha afectado al Mercedes Clase B.
Al igual que el compacto, el Clase B ha dado un nuevo giro y ahora es mucho más tecnológico, más avanzado y hasta más deportivo. Todas las innovaciones y novedades vistas en el Mercedes Clase A, se pueden encontrar en el monovolumen que se ha presentado en París. Desde su nuevo lenguaje de diseño, el habitáculo casi futurista y los nuevos motores que según la marca, son más eficientes. La propia compañía también afirma que el nuevo Mercedes Clase B tiene una conducción más ágil y ofrece un mayor confort a bordo. Sin embargo, cuanto a tamaño, apenas hay diferencias entre la segunda generación y ésta recién presentada. La longitud es de 4,39 metros, mientras que la anchura alcanza los 1,79 metros y la altura los 1,56 metros.
Como ocurre con el compacto, el Clase B cuenta con algunas particularidades que merecen ser reseñadas. Por ejemplo, el eje trasero es diferente según la motorización. Las versiones menos potentes cuenta con un sistema de ruedas tiradas con eje de torsión, mientras que las versiones con los motores más potentes recurren a un paralelogramo deformable, un esquema de suspensión más elaborado que permite un mejor comportamiento en curva aunque también con mayor coste. El maletero tiene 455 litros de capacidad, que pueden aumentar hasta los 705 litros si la banqueta trasera, totalmente regulable en longitud, se coloca lo más adelantada posible
Instrumentación digital y lo último en asistentes de conducción
Lo más destacable del nuevo Clase B es el salpicadero, tomado casi al completo del Mercedes Clase A, aunque con ligerisimos cambios que apenas se notan a la vista, como un asiento colocado 90 milímetros más arriba. El diseño es minimalista, con líneas rectas y simples, ausencia de botones físicos y predominancia de las dos grandes pantallas para la instrumentación y sistema multimedia. El sistema es similar a otros modelos de Mercedes y da la impresión que son dos tablets colocadas en el salpicadero. Hay dos varios tamaños distintos y tres combinaciones, siempre según equipamiento: dos pantallas de siete pulgadas; una de siete pulgadas para la instrumentación y otra de 10,25 para el sistema multimedia o bien, las dos pantallas de 10,25 pulgadas.
El nuevo Mercedes Clase B equipa lo que denominan en la marca como MBUX, un sistema multimedia procedente del Clase A y su accionamiento puede ser mediante la pantalla táctil, mediante los mandos que se han colocado en el túnel central o bien, mediante comandos por voz que se activan diciendo ‘Hey, Mercedes’. Es un sistema muy avanzado y reconoce frases dichas de forma coloquial. El navegador puede incorporar realidad aumentada, información en tiempo real e incluso una aplicación ‘car sharing’ para compartir el coche con familiares y amigos. Como viene siendo habitual en la marca, se puede optar por una iluminación ambiental LED con 64 colores, se puede equipar asientos con ajuste eléctrico, memoria y calefactados/ventilados, así como un portón trasero automático con función manos libres.
Cinco motores disponibles en su lanzamiento
La gama de motores supone uno de los apartados que más polémica han creado. Mercedes, para sus modelos de tracción delantera, recurre a una alianza con la firma Renault. Esto permite un mayor ahorro de costes de desarrollo y beneficia al comprador con precios algo más asequibles, pero no gusta por lo general, que Mercedes monte ‘motores de Renault’ cuando realmente, no es el caso. El único que podría considerarse como tal es el diesel de 1.5 litros y 116 CV, pues es el mismo bloque dCi de Renault, aunque revisado en profundidad por la marca alemana y con muchas cosas procedentes del banco de órganos de Daimler-Benz como el alternador, la centralita de gestión, el sistema eléctrico…
Por otro lado, entre ambas compañías han desarrollado un nuevo motor de gasolina con 1,33 litros turbo, que también montan los Renault Scenic y Mégane. Se trata de un propulsor de última generación que se ofrece con dos niveles de potencia: 136 y 163 CV, que dan vida a los Mercedes B 180 y Mercedes B 200. La oferta diésel, además del mencionado 1.5 de 116 CV, también ofrece un 2.0 con dos niveles de potencia: 150 y 190 CV. Durante sus primeros compases de lanzamiento, todas las mecánicas irán asociadas a un cambio automático de doble embrague (con ocho marchas para los diésel más potentes y siete para el resto), llegando el cambio manual más adelante. Sólo se podrá elegir con tracción delantera y según avance el tiempo, llegarán las versión con tracción total 4MATIC y posiblemente, motores más potentes.
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