10 Enero, 2019

Toyota Prius vs Hyundai ioniq

Los coches híbridos se han convertido en una opción muy a tener en cuenta frente a los tradicionales motores diésel. Las normativas, las restricciones de circulación por alta contaminación e incluso las futuras normas o impuestos que buscas agravar el uso de motores de combustión interna, han hecho que los usuarios vean en los híbridos una vía de salida rápida, práctica y muy real. Actualmente un coche híbrido es un paso intermedio entre el coche convencional, con motor de combustión y los eléctricos, que todavía necesitan cierto tiempo de evolución aunque sean totalmente viables para muchos usuarios. De hecho, si no tenemos en cuenta algunos inconvenientes como el tiempo de carga o los escasos puntos con cargadores, el coche eléctrico es una opción sumamente interesante para desplazamientos por el centro de las grandes ciudades.

Dejamos un poco de lado los coches eléctricos y nos centramos en los híbridos, un segmento que gana adeptos año tras año con unas ventas que, aunque todavía por detrás de los coches convencionales, son mucho más elevadas que hace unos pocos años. Y en cierto modo, ha sido gracias a Toyota y su fuerte apuesta por esta tecnología. La firma japonesa fue la primera en desarrollar y poner a la venta un coche con motor híbrido, el Prius, allá por 1997. Por aquel entonces era único en su especie y no existían rivales en el mercado, ni tampoco parecía que fueran a llegar, pero llegaron. El éxito del Toyota Prius y sus cualidades, espoleadas por los cambios de normativas, han provocado una oleada de modelos híbridos donde hay de todo, desde modelos compactos hasta enormes SUV de siete plazas, pasando por modelos deportivos y superdeportivos.

La hibridación ha dado lugar a coches realmente interesantes y consiste, básicamente, en unir un motor de combustión y uno eléctrico. Parece sencillo, pero está lejos de serlo, ya que requiere de una tecnología muy compleja y una gestión electrónica muy depurada para el control y la administración de ambos motores. Si nunca has conducido un coche híbrido, lo más sorprendente es la naturalidad con la que se conduce, sin diferencias apreciables frente a un coche automático. Es todo un logro que se debe, principalmente, a la evolución de los sistemas de gestión electrónica capaces de combinar ambos motores según necesidades y requerimientos del conductor, conteniendo consumos y ofreciendo un gran agrado de conducción. Características que muchos conductores buscan en un automóvil y que ya no tienen porqué conformarse con modelos de Toyota, aunque sea la marca que más coches híbridos venden en el mundo.

toyota prius azul

El Toyota Prius ya no está solo

Al Toyota Prius, como se dice popularmente, le han crecido los enanos y los rivales que han ido llegando han puesto al modelo japonés contra las cuerdas. Y la marca que más daño ha sido capaz de causar ha sido Hyundai. La firma surcoreana ha cambiado muchísimo desde la primera vez que desembarcó en España y actualmente, es un fabricante que ofrece muy buenos automóviles, por precios algo más contenidos. No es, ni de lejos, la marca ‘low cost’ que fue hace años y los precios no son tan diferentes como entonces, ahora Hyundai es una firma muy fuerte, con una ingeniería y un diseño muy avanzados y al nivel de cualquier marca del mundo. El mejor ejemplo que podemos poner es el rival que hemos escogido para esta comparativa con el referente del segmento, el Hyundai Ioniq. Es, por definirlo de forma rápida y sencilla, el Prius de Hyundai tanto por tecnología, como por diseño y soluciones. Y además, es capaz de ganar al Prius es cuestiones como las emisiones o el precio de adquisición, sin tener el pequeño inconveniente de su imagen, pues el Toyota Prius siempre ha lucido un diseño bastante fuera de lo normal que no a todos gusta, pero sin embargo el híbrido de Hyundai sufre todo lo contrario.

El Hyundai Ioniq es menos vanguardista en cuanto a diseño, tanto interior como exterior y lejos de ser un inconveniente, parece ser todo un acierto. Pero en el resto, son muy, muy parecidos; prestaciones similares, habitáculo casi igual de espacioso, tecnología muy parecida y objetivos totalmente calcados uno a otro. Sin embargo, el Hyundai Ioniq tiene algo que el Toyota Prius no ofrece en España: una versión híbrida enchufable (que tiene etiqueta CERO de la DGT) y una versión totalmente eléctrica. De esta forma la oferta del híbrido de Hyundai se presenta más completa e interesantes para muchos compradores, sobre todo si se ven afectados por los cortes de circulación por alta contaminación de las grandes ciudades. Aunque, y esto es importante, si estás pensando en el hyundai Ioniq PHEV, es mejor que tengas un puerto de carga en el garaje o muy cerca de casa, sólo así podrás explotar todos los beneficios de este modelo. En caso contrario, mejor centrarse en la versión híbrida convencional (no enchufable).

hyundai ionniq blanco

Mismos conceptos, distintas formas de ejecutarlos

El concepto de ambos modelos es el mismo, como hemos dicho, son modelos casi calcados el uno al otro, pero la forma de conseguir sus objetivos es diferente. Por ejemplo, Toyota emplea un motor de gasolina de ciclo Atkinson con 1.798 centímetros cúbicos y un motor eléctrico que le asiste rindiendo en conjunto 122 CV, unidos por una caja de cambios de tipo CVT que no a todo el mundo gusta. Su funcionamiento es espectacularmente suave, pero mantiene el motor en el mismo régimen de giro en todo momento y da la impresión de ‘rebalamiento’. El sonido no se corresponde con la velocidad ni con la forma de acelerar el coche y resulta muy monótono. Es una de las principales críticas que recibe este coche por quien lo conduce. Sin embargo, el Hyundai Ioniq recurre a un motor de gasolina de 1.580 centímetros cúbicos y a un motor eléctrico para obtener 141 CV y en lugar de un cambio CVT, emplea un cambio automático de doble embrague con seis relaciones cuyo funcionamiento es más natural para todo el mundo. No provoca ese sonido monótono y se puede emplear, además, de forma secuencial, algo que el Prius ni siquiera contempla.

Los datos homologados de consumo son igualmente muy similares. El Toyota Prius anuncia un consumo de 3,3 litros cada 100 kilómetros en recorrido mixto, mientras que el Hyundai Ioniq homologa 3,4 litros. Una diferencia que ni siquiera debería tenerse en cuenta, pues no supone realmente un cambio en una conducción normal, así que podríamos decir que en este apartado ambos ofrecen el mismo rendimiento, aunque la capacidad de los depósitos si marca diferencia y permite que el Ioniq ofrezca algo más de autonomía, que en ambos casos supera los 1.100 kilómetros teóricos. Algo parecido ocurre con las dimensiones, pues el Toyota mide 4.480 milímetros de longitud y el Hyundai 4.470 milímetros. Si hay diferencias respecto a la anchura, pero tampoco son muy apreciables, con 1.745 milímetros para el Prius y 1.820 milímetros para el Ioniq. Se debería notar en la anchura para los pasajeros, pero nada exagerado.

Donde sí que podemos encontrar ventajas uno frente a otro es en la capacidad del maletero. El Toyota Prius ofrece 500 litros, sin posibilidad de abatir los asientos traseros y por lo tanto, no hay forma de ampliar la capacidad de carga. Pero el Ioniq de Hyundai anuncia 440 litros y la posibilidad de abatir los asientos, llegando a 770 litros de capacidad. Puede parecer un dato trivial, hasta que empleas el coche como único vehículo familiar y necesitas más espacio ocasionalmente o, por el contrario, eres de esas personas que aprovechan las nevadas para ir a esquiar y metes los esquís o la tabla de snow en el maletero.

No esperes coches deportivos en ninguno de los dos casos

Hasta el momento, ambos coches son muy similares pero con pequeñas diferencias que pueden decantar la balanza hacia uno u otro. Una tendencia que se mantiene en el apartado del comportamiento, donde ninguno de los dos destaca frente al otro ni tampoco ofrecen un talante deportivo. No son coches pensados para devorar curvas a ritmos rápidos, son automóviles diseñados para ser eficientes y fáciles de conducir. Esto quiere decir que, por ejemplo, si intentamos seguir el ritmo de cualquier modelo con acabado ‘sport’, se nos escapará sin remedio. Estos dos modelos se disfrutan de una forma diferente, aprovechando su condición de híbridos para circular por ciudad sin gastar combustible o gastando muy poco y rodando en carretera a velocidades contenidas (que no despacio) explotando la comodidad de sus suspensiones y sus capacidades ruteras.

No obstante, el Toyota Prius hace valer su condición de referente en ciertos aspectos como el control de sistema híbrido. A diferencia del Hyundai Ioniq, es Prius ofrece tres modos de conducción que se puede manejar desde unos botones situados junto al selector del cambio y que permite elegir entre el modo Normal, ECO y PWR. Con estos modos podemos cambiar el carácter y el temperamento del coche según nos interese, con sus respectivas ventajas que el Hyundai Ioniq no tiene. Descartando el normal, que su propia denominación ya define a la perfección, tenemos la posibilidad de dar optar por la máxima eficiencia del modo ECO, perfecto para desplazamientos urbanos al dar prioridad siempre al motor eléctrico o bien, seleccionar el modo PWR, que ofrece el máximo rendimiento y una respuesta más rápida al acelerador para situaciones de adelantamientos o incorporaciones a carretera. Hay un botón más en el Prius, dedicado a desconectar el motor de combustión y circular únicamente en modo eléctrico. No ofrece mucha autonomía, pero para esos momentos en los que buscamos huecos para aparcar o estamos circulando por el garaje es perfecto.

Conclusión/Opinión

Los coches híbridos han evolucionado muchísimo desde la llegada del Toyota Prius en 1997. El mercado se ha llenado de opciones de todos los tipos aunque, como aquí mostramos, los más destacados siempre se presentan en un formato algo diferente. Ambos modelos, tanto el Toyota Prius como el Hyundai Ioniq ofrecen casi lo que prometen. Y ese casi es importante, porque los consumos no llegan a ser tan bajos como la homologación, aunque están a un nivel muy bueno, que rara vez sobrepasa los seis litros cada 100 kilómetros en conducción normal.

Decantarse por uno u otro es complicado y aquí entran gustos de cada cual. Las prestaciones son muy similares, el espacio interior también, así como los consumos o el comportamiento en carretera. En la elección también influye el precio, siendo el Prius algo más caro que el Ioniq, aunque también contamos con mejores acabados y un equipamiento donde apenas hay extras que elegir.