Hyundai Ioniq 5

La propulsión eléctrica es el futuro del automóvil, lo hemos dicho en varias ocasiones y lo seguiremos diciendo. Todo está siendo modificado y diseñado para que esta afirmación se cumpla más pronto que tarde y las propias leyes europeas, que buscan prohibir la venta de vehículos con motor de combustión en 2030 es un claro ejemplo de ello. Eso ha provocado un cambio drástico en la forma de pensar de los usuarios, allanando el camino de esta tecnología. Todavía faltan cosas por hacer, hay que aprender nuevamente a desplazarse y a gestionar cosas que antes no eran tan necesarias, como planear el trayecto según los cargadores disponibles y la autonomía del vehículo.

Actualmente, la media en autonomía de los coches eléctricos es de 300 kilómetros, más o menos. Es cierto que existen modelos con un alcance muy superior, pero la autonomía más común entre los coches eléctricos varía entre los 300 y los 500 kilómetros. Es un rango de alcance bastante interesante, casi tanto como con cualquier vehículo con motor de combustión (hay automóviles con motor diésel que pueden superar los 900 kilómetros), pero tienen el problema del tiempo de carga, algo que se deberá trabajar intensamente para lograr algo similar a lo que tenemos actualmente. Lo hay, Porsche dice que el Taycan podría cargar en menos de 10 minutos, pero todavía es un prototipo que tardará un poco en llegar, sobre todo el cargador, cuya potencia debe ser muy elevada.

En el caso del Hyundai IONIQ 5, no encontramos con un coche que presume de una autonomía por encima de la media, pero dentro del rango antes mencionado, anunciando un rango de alcance por cada carga completa de 480 kilómetros como máximo. Como en muchos coches eléctricos, la autonomía depende de las baterías y de las prestaciones del motor, siendo tres las versiones disponibles para este coche eléctrico: 170 CV y 384 kilómetros de autonomía; 218 CV y 480 kilómetros de autonomía y 306 CV y 451 kilómetros de autonomía.

Cada una de las tres versiones tiene distinta configuración, tanto de motores como de baterías. Así, el menos potente de todos tiene un único motor colocado entre las ruedas traseras, mientras que las baterías tienen 58 kWh de capacidad. El siguiente también tiene un único motor colocado entre las ruedas traseras, pero las baterías aumentan su capacidad hasta los 72 kWh. El más potente suma dos motores eléctricos, uno trasero con 207 CV y otro delantero con 93 CV, al mismo tiempo que las baterías tienen 72 kWh de capacidad (las mismas que la versión intermedia).

Como dato importante, estas baterías pueden cargar con potencias de hasta 350 Kw, logrando pasar del 10% al 80% en sólo 18 minutos. Para obtener 100 kilómetros de autonomía, sólo harán falta cinco minutos. Además, es el único automóvil fuera de VAG (Volkswagen-Audi Group) que funciona con hasta 800 voltios.

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En alguna ocasión hemos hablado de la plataforma, un elemento clave en el diseño y desarrollo de un vehículo y que muchas marcas comparten logrando un interesante ahorro de costes. Quizás te preguntes qué es eso de la plataforma, pero es muy sencillo. La plataforma es la base de toda la estructura, la base a partir de la cual se diseña todo el coche y por tanto, es muy importante tanto para el comportamiento dinámico, para los motores que se puede usar y también para la habitabilidad. Si la plataforma falla, falla todo el conjunto, o casi.

Cuando Hyundai comenzó con el diseño del IONIQ 5, se tomó la decisión de incluir en un nuevo segmento al alza, el llamado “CUV” o “Crossover Utility Vehicle”, que viene a ser una mezcla entre un SUV y un turismo tradicional. Los usuarios quieren un SUV, pero el uso que le dan es de un turismo convencional y al final, la evolución es sabia incluso en la automoción y se está volviendo a los orígenes. De esta forma, se ofrece una imagen robusta y potente, como se suele buscar en un SUV, mientras que se cuida el comportamiento dinámico y otras cuestiones que no siempre se valoran lo necesario.

Eso determinó algunas características de la plataforma que emplea el Hyundai IONIQ 5. Así, estrena lo que llaman “plataforma flexible”, un elemento diseñado para soportar diferentes configuraciones y dar lugar a diferentes tipos de automóvil. En este caso, Hyundai la llama E-GMP y será la base de los próximos coches eléctricos que pondrá la marca en circulación. También es la culpable de la enorme cantidad de espacio que tiene el habitáculo, siendo un lugar diseñado, además, para ofrecer una gran sensación de amplitud.

Aquí, la distancia entre ejes, que alcanza nada menos que tres metros, tiene mucho que decir. Una distancia tan grande, permite que los pasajeros traseros tengan mucho espacio respecto a los asientos delanteros, ofreciendo una sensación de desahogo notable y mucho confort, al poder colocar las piernas libremente sin interferencias de los respaldos delanteros. Además, al ser un coche eléctrico y tener las baterías en el piso (bajo lo pies de los ocupantes y entre los ejes), cuenta con dos maleteros, uno delantero y otro trasero. El delantero es pequeño, con un máximo de 57 litros en las versiones de propulsión (los de 170 y 218 CV) y unos limitados 24 litros en el caso del más potente porque el motor eléctrico delantero roba espacio. Por otra parte, el trasero es bastante grande, alcanzando los 531 litros.

Una de las cosas que más llamarán la atención del Hyundai IONIQ 5 es su diseño. No es un coche convencional, eso está claro, destacando por las formas y por las soluciones. Es uno de esos casos en los que se pasa del prototipo a la producción sin apenas cambios. Puede condicionar las ventas, sí, pero por lo general, suele ser algo que los usuarios aprecian al ofrecer un coche diferente y muy personal. Evidentemente, no es un coche que guste a todo el mundo, no ofrece medias tintas, pero tampoco lo pretende.

No es un coche muy grande, aunque está ligeramente por encima en tamaño de un SEAT León, de un Ford Focus o de un Hyundai i30, por mencionar algunas opciones similares incluso dentro de la propia marca. La longitud del Hyundai IONIQ 5 es de 4.635 milímetros (4.340 milímetros para el Hyundai i30), mientras que de ancho alcanza los 1.890 milímetros y de alto los 1.605 milímetros. Un tamaño más que aceptable para un uso familiar, pero sin los problemas de un coche muy grande a la hora de aparcar o de circular por calles estrechas.

Muy interesante es el hecho de usar materiales reciclados para la fabricación del habitáculo, un hecho que demuestra más capacidades de Hyundai. O al menos, una preocupación por el medio ambiente que cada día es más elevada en todos los apartados de la vida. Y ojo, porque aunque los coches, incluídos los coches eléctricos, usen plásticos para su fabricación, hablamos de unos plásticos de una calidad muy elevada, mucho más que los utensilios que usamos en casa y que además, no acaban en la basura y luego en los océanos. Es un mundo completamente aparte.

Es tan aparte como el contenido tecnológico del coche, donde las pantallas dominan la escena del habitáculo. Todo es muy sencillo en cuanto a diseño, lo moderno es cada día más minimalista y todo se centra alrededor del conductor. La instrumentación está formada por una pantalla de 12 pulgadas, al igual que la pantalla del sistema multimedia, que tiene el mismo tamaño. Integra el sistema SmartSense, que incorpora todos los sistemas electrónicos de seguridad habidos y por haber, mientras que la conectividad es total.