El miedo a los rebrotes da alas al renting recortando al 50% sus tiempos de contratación

La recién estrenada “nueva normalidad” ahonda en la necesidad de muchos de disponer de un coche. La posibilidad de viajar sin restricciones por el territorio nacional y por los países del espacio Schengen incrementan la necesidad de tener coche. Dicha presunción se confirma si se analizan los datos de solicitudes de contratación de renting. Las cifras de idoneo.com han vuelto a los niveles previos a la pandemia y parece que el riesgo que acompaña a la nueva realidad que vivimos tiene mucho que ver en ello.

Con esta “nueva normalidad” surge un fantasma: el miedo a los rebrotes. Los repuntes ya vividos en Aragón, Andalucía y País Vasco han vuelto a evidenciar la fragilidad de la situación en la que nos encontramos. Esto aparenta impulsar a los consumidores a decantarse por la opción del renting en tiempos convulsos. Los distintos agentes de control avisan de los efectos que tendría una nueva aparición con fuerza de la enfermedad.

El Banco de España presentaba a principios de junio sus predicciones macroeconómicas para lo que queda de año y los dos próximos. En ellas se puede observar como plantean tres escenarios posibles: recuperación temprana, gradual y escenario de riesgo (con recaídas). Sus predicciones económicas auguran una caída muy pronunciada del PIB para este año. El PIB de España llegaría a caer hasta un 15,1% en el caso de que hubiera rebrotes.

Por si fuera poco, a los factores circunstanciales externos al mundo del motor hay que añadirle los intrínsecos al sector. A la disyuntiva entre gasolina y diesel, a partir del 1 de enero de 2021 habrá que agregarle las variaciones introducidas por la WLTP (World Harmonized Light-duty Vehicle Test Procedure) en materia de etiquetado de emisiones. Entre otras cosas,  con la entrada del nuevo año muchos de los coches híbridos enchufables que tenían etiqueta cero pasarán a perderla y con ella, sus beneficios fiscales vinculados. Todo ello no hace más que aumentar la complejidad de decisión de compra de un coche para largo plazo.

Además, el estilo de vida de la población ha variado mucho y, en la mayoría de los casos, la estabilidad es un lujo al que no todos pueden acceder ni desean. Pocos quedan ya que se mantengan en su mismo puesto de trabajo y las nuevas generaciones como la “Y”, no desean estar en una misma ocupación más de 2 años. Estos cambios de estilo de vida hacen más difícil que nos vinculemos por periodos largos de tiempo a un mismo coche, puesto que nuestras necesidades cambian cada vez más rápido.

En definitiva, a la creciente incertidumbre económica, política y sanitaria, hay que agregarle las dudas generadas en torno al sector de motor y los nuevos factores de estilos de vida. Con todo ello se configura un contexto inestable que incrementa exponencialmente el riesgo de comprarse un coche. Si no sabemos lo que va a pasar en 2 meses, difícilmente sabremos lo que sucederá en 6 o 8 años como para atarnos a un coche.

La posibilidad de rebrotes se une a la larga lista de factores de riesgo  que rodean a la decisión de cómo tener un coche. Pero ante este escenario, el renting parece haberse impulsado como forma de capear esta época  de incertidumbre sin correr riesgos. Beneficios como no tener que gastar gran parte de nuestros ahorros para tener un coche y no ser quien soporte los peligros del futuro aceleran los tiempos del renting.

Tanto es así que, el comparador de rentings idoneo.com ha detectado que el periodo medio de cierre de contratación se ha reducido un 50%. En lo que llevamos de mes, los clientes necesitan la mitad de tiempo para decantarse por la contratación en comparación con el histórico de la compañía. Parece que las ventajas del renting han incrementado más su valor en la “nueva normalidad” y  ha hecho que los consumidores tengan más claro que el renting es su mejor opción.