Skoda Scala
En busca de la excelencia
- Durabilidad
- Bajo consumo
- Calidad
- Un diseño que no enamora
Descubre el Skoda Scala
No podemos negar que actualmente, Skoda es una de las marcas más interesantes del mercado. Es cierto que ya no son los únicos con una relación calidad-precio tan acertada, pues por ejemplo, Hyundai, les pisa los talones con automóviles menos ‘clónicos’ e incluso más atractivos para los amantes del diseño y la conducción. Pero también es igual de cierto que Skoda está respaldada por unos productos cuya fiabilidad es a prueba de bombas, acompañada por una versatilidad y practicidad encomiable. Y lo dice alguien que tiene aparcado frente a la puesta de casa un Skoda Superb de la primera generación.
Quizá por eso, la presentación del Scala era muy esperada. Era, por fin, un auténtico compacto realizado por una marca que resulta una de las mejores elecciones del mercado. Una réplica del Volkswagen Golf y del SEAT León, pero con el equilibrio y las soluciones prácticas que caracterizan a la firma checa. Además, el adelanto presentado por Skoda, el Concept Vision RS, era sencillamente espectacular y prometía unas líneas llenas de fuerza y personalidad. Una nueva era en Skoda con mucha garra, pero sin dejar de lado esas soluciones que se encuadran dentro del lema ‘Simply Clever’ (simplemente inteligente).
Con el Skoda Scala se jubila el Spaceback, la versión con carrocería de cinco puertas del Skoda Rapid que pretendía ocupar el hueco de los compactos y parte del segmento de los utilitarios, mercado donde el Skoda Fabia está muy asentado desde hace unos cuantos años. Para su creación se ha tomado una buena base, conocida en la industria por dar sustento a coches como el SEAT Ibiza o el Volkswagen Polo y que deriva de la empleada en los hermanos mayores de estos, el SEAT León y el Volkswagen Golf.
El compacto con más espacio y más práctico del segmento
El compacto con más espacio y más práctico del segmento
Skoda no podía poner en circulación un compacto ‘estándar’, la compañía se define por unos conceptos muy característicos que están siendo un enorme éxito y por ello, el Skoda Scala es un compacto diferente. Para empezar, su espacio interior es el más grande del segmento gracias a una longitud de 4,36 metros (10 centímetros más que el Volkswagen Golf) que permite ofrecer unas plazas traseras muy grandes y un maletero de nada menos que 467 litros. Es el maletero más grande del segmento de los compactos y como ejemplo, decir que el maletero del SEAT León sólo cubica 380 litros. Además, sus formas son muy regulares y ayudan a ofrecer una zona de carga muy aprovechable que también incluye varios ganchos para sujetar los objetos y toma de corriente de 12 voltios.
Hay muchas soluciones ‘Simply Clever’ en el habitáculo, como por ejemplo los paraguas incluidos en las puertas. Una idea que incluyen marcas como, ojo al dato, Rolls-Royce o Bentley y que resulta extremadamente útil en esos momentos en lo que nos pilla la lluvia y no tenemos nada a mano. Un detalle que se suma al rascador de hielo incorporado en la cubierta del tapón del depósito de combustible, la pestaña en el parabrisas para colocar el ticket del parking y un largo ‘suma y sigue’ que han hecho de Skoda un ejemplo a seguir. No obstante, no consiguen esconder la pequeña (gran) decepción que se siente al ver su poco original y aburrido diseño.
El Grupo Volkswagen ha impreso en sus marcas una tendencia muy criticada entre los fanáticos de los coches, que finalmente ha llegado hasta Skoda. Con tal de mantener la imagen de marca, los diseños son demasiado iguales entre sí y resulta complicado diferenciar un modelo de otro. Esto hace que sea poco original y hasta un poco monótono. Falta gracia, falta chispa y aunque se postula como la compra más lógica del segmento, una imagen tan anodina puede hacer mella en las ventas.
Obviamente es una opinión personal y no debe condicionar la compra si realmente tú, que estás leyendo esto, estás interesado en este coche. No debería porque, tras poder conducirlo, no nos cabe duda que cumplirá con las más altas exigencias en todos los apartados. Su interior, con un diseño que sin ser sorprendente resulta moderno y agradable, cuenta con materiales y ajustes de buena factura. El accionamiento de todos los mandos es más que correcto, con un buen tacto y una situación que permite sentirse como en casa desde el primer momento. Esto sin contar con unos asientos muy cómodos y con amplios reglajes. Es decir, lo que ya viene siendo costumbre en Skoda. No alcanza el nivel del Superb, lógicamente, pero raya a un nivel notable.
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Cuota fija sin riesgo
Es el maletero más grande del segmento de los compactos y como ejemplo, decir que el maletero del SEAT León sólo cubica 380 litros.
Seguro y muy estable, pero no emociona
Seguro y muy estable, pero no emociona
Un apartado donde Skoda ha sabido evolucionar como pocos, ha sido en el tacto general de conducción y en el comportamiento. El empuje de los motores, el filtrado de las suspensiones, las sensaciones transmitidas por el chasis; en la marca checa han ido puliendo detalles y mejorando ciertos apartados hasta lograr un buen equilibrio general, como se puede comprobar con el Skoda Scala. Resulta un coche sumamente fácil en todos los sentidos, cómodo, con una elevada sensación de seguridad en todo momento. Tiene una buena visibilidad en todos los ángulos, los espejos laterales permiten ver bien hacia atrás y la postura al volante es cómoda para cualquier estatura gracias a las diferentes regulaciones que ofrece.
El caso es que, como se suele decir en el mundillo, es ‘muy Volkswagne’. Es decir, aunque resulta un automóvil satisfactorio en su conducción, no emociona. Es eficaz, es cómodo, pasa por las curvas como si fuera pegado al suelo, pero no se siente nada especial a sus mandos. Aísla muy bien del exterior, tanto por insonorización como por tacto de volante, haciendo de los desplazamientos un mero trámite por su comodidad y sencillez. El Skoda Scala es un coche para quienes valoran, por encima de todo, la relación calidad-precio, su versátil concepto y su facilidad de conducción. Si buscas un automóvil que involucre en la conducción, deberás seguir buscando pues el Scala no es tu coche. Al menos en las versiones actualmente disponibles y con el motor que tenía nuestra unidad.
Bajo el capó teníamos el motor diésel 1.6 TDi con 115 CV, que además se combinaba con el cambio automático DSG. Por respuesta, capacidad de mover la carrocería y por consumos no se pueden poner pegas de ninguna clase. Sin embargo, aunque puede que fuera por los desarrollos de la caja de cambios, nos resultó un motor falto de garra. La sensación de empuje no es la esperada de un motor con 115 CV y los adelantamientos en carretera de doble sentido requieren de estar seguro de poder hacerlo porque no habrá potencia de reserva para salir de un entuerto en mitad del adelantamiento. Nosotros nos decantaríamos antes por el motor 1.5 TSi de 150 CV, un propulsor que hemos podido probar en otros modelos del Volkswagen-Audi Group y ofrece una respuesta contundente junto a unos consumos realmente contenidos.
Amplia gama para cubrir todas las necesidades
Hay que decir que nuestra prueba con el Skoda Scala fue muy corta, nos hubiera gustado poder tenerlo más tiempo para analizar en profundidad todo lo que ofrece el modelo. Pero con este contacto nos podemos hacer una idea de sus bondades y son, básicamente, las que ofrece cualquier Skoda. Es un coche que se puede definir con la palabra ‘inteligente’. Su tamaño es lo suficientemente contenido para no ser un problema a la hora de aparcar; su maletero es más propio de un coche mucho más grande; su calidad de realización es notable y su equipamiento muy completo. Todo por un precio que no resulta elevado.
La gama comienza con el acabado Active, que con el motor 1.0 TSi de 115 CV tiene un precio que arranca en los 13.990 euros. La oferta sigue con la terminación Ambition, luego el Style y como tope de gama, el acabado Sport, que tiene un precio base de 19.800 euros con el mismo motor 1.0 TSi de 115 CV. Precios todos ellos para la versión ‘First Edition’. La oferta de motores también incluye la versión de 95 CV del 1.0 TSi, el 1.6 TDi de 115 CV probado y la variante ‘ECO’, un bloque alimentado por Gas Natural que toma la base del 1.0 TSi y rinde 90 CV. Se denomina Skoda Scala 1.0 G-Tec y cuenta con la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico.
Un apartado donde Skoda ha sabido evolucionar como pocos, ha sido en el tacto general de conducción y en el comportamiento. El empuje de los motores, el filtrado de las suspensiones, las sensaciones transmitidas por el chasis; en la marca checa han ido puliendo detalles y mejorando ciertos apartados hasta lograr un buen equilibrio general, como se puede comprobar con el Skoda Scala
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Conclusión/opinión
Conclusión/opinión
Por una parte me siento decepcionado. Después de ver el concept car con el que Skoda adelantó este modelo, el Scala de producción es excesivamente soso. Se parece demasiado al Skoda Spaceback al que sustituye, aunque es más grande, tiene más equipamiento y más opciones de motorización. En cuanto al resto y teniendo un Skoda en casa, no se puede reprochar nada. El salto en calidad se nota desde que se abre la puerta y se confirma en cuanto se comienza a rodar, sobre todo con la instrumentación digital equipada.
Si se está buscando un coche que dure más años que Matusalén, con unos consumos ridículos, un maletero enorme para su tamaño y cantidad de soluciones tan prácticas como sencillas y sorprendentes, el Skoda Scala es el coche perfecto. Otra cosa será si se busca un coche para conducir, en cuyo caso, no puedo afirmar nada ya que habría que probar, como poco, el acabado Sport. Si tengo que emitir un veredicto con la información de la que dispongo, diría que no es un coche para quienes buscan divertirse al volante.
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