Mini Countryman Híbrido

Haz tus caminos mucho más eléctricos

  • Motor potente y de respuesta rápida
  • Tracción total
  • Conducción efectiva y dinámica
  • No pierde la esencia MINI
  • Recarga las baterías bajando pendietes
  • Consumo superior al que anuncia
  • Reduce la potencia al disminuir la energía eléctrica

Descubre el Mini Countryman Híbrido

Cuando te bajas de un coche que realmente te ha gustado y te pones delante del ordenador a escribir tus sensaciones, se hace necesario un pequeño tiempo de asimilación. No puedes comenzar a teclear hasta haber calmado tus emociones, si de verdad quieres redactar un análisis detallado y medianamente profesional. Al fin y al cabo, somos personas y además, somos aficionados que en algún momento de nuestra vida hemos soñado con trabajar con coches. Esto hace especialmente gratificante poder ponerte a los mandos de una enorme variedad de coches y luego poder contar cómo son, cómo se conducen. Pero al mismo tiempo supone un pequeño inconveniente, porque en ocasiones cuesta ser totalmente imparcial. Es, precisamente, lo que nos ha ocurrido con el MINI Cooper S E Countryman ALL4. Nos ha gustado quizá demasiado incluso con sus inconvenientes (que los tiene), y se ha hecho necesario un pequeño parón para analizar detenidamente todo lo que ofrece el primer modelo híbrido enchufable de MINI.

Desde que BMW se hizo con el control de este pequeño modelo, las cosas han cambiado muchísimo. Ya de entrada, MINI es actualmente una marca de pleno derecho, cuando en realidad comenzó sus días como un modelo más dentro de la compañía británica British Motor Corporation, más conocida por sus iniciales, BMC. Además, se desarrolló como un modelo ‘low cost’, un coche de bajo coste para movilizar a una sociedad que estaba resurgiendo tras uno de los actos más aborrecibles del ser humano: la Segunda Guerra Mundial y el racionamiento de combustible tras la ‘crisis de Suez’. El ingeniero jefe de la BMC por aquel entonces, un griego con nacionalidad británica, Alexander Issinogis, fue el responsable de su creación y demostró tener un talento fuera de lo normal. Dio a luz un coche extremadamente pequeño, con cuatro plazas, motor delantero y tracción delantera, equipado con soluciones muy ocurrentes, tales como unas suspensiones mediante unos conos de goma pues el tiempo el período de desarrollo estipulado era muy corto y no daba para más. Una idea que otorgó al modelo su famoso comportamiento siempre comparado con el de un kart.

Aquel coche se llamó Austin Mini y se vendieron nada menos que 5.300.000 unidades hasta el año 2000. Momento en el que BMW se hizo con el control de Rover, que posteriormente vendió aunque se quedó con los derechos de este pequeño automóvil que ahora se conoce como ‘Classic Mini’. A partir de 2001 y ya como un fabricante de coches y no como un modelo, la nueva generación del MINI (así, con mayúsculas) se ha convertido en objeto de culto. Existen multitud de clubes, fanáticos, amantes del modelo repartidos por todo el mundo, que lo han equiparado casi a la altura de Jeep en cuanto a ‘cultura’ y estilo de vida. Y la firma americana especialista en todoterreno es toda una autoridad en esto de la cultura del automóvil. Y así llegamos hasta la presentación del Countryman, el primer MINI ya no tan ‘mini’ y con cinco puertas, que además era un SUV. Llegó en el año 2010 junto a una variante de aspecto coupé, el MINI Paceman, un coche que no terminó de cuajar en el mercado aunque claramente, fue un adelantado a su tiempo.

Con la llegada del Coutryman MINI dejó de ser un coche pequeño, para empezar a ofrecer una alternativa real como vehículo para todo uso, incluso familiar. De hecho, actualmente el Coutryman es el modelo más vendido de la marca y no es de extrañar que precisamente haya sido el elegido para lanzar el primer modelo híbrido enchufable en la historia de MINI. Historia, por cierto, que como marca independiente, es muy corta. El caso es que teniendo a BMW como ‘padrino’, todo resulta más sencillo.

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Interior Mini countryman hibrido

La potencia necesaria

Híbrido enchufable, sí, pero con 385 Nm de par

La adopción de un motor híbrido era casi obligada, el devenir de la automoción pasa por una reducción drástica de las emisiones y para ello, se requiere una reducción igual de drástica de la dependencia del petróleo. Es decir, hay que hacer motores que gasten poco combustible. La electricidad, al menos por el momento, tiene mucho camino por delante y lo más sensato y lógico, es emplear esa electricidad como apoyo a los motores convencionales. Cada fabricante lo hace a su manera y MINI, lo ha hecho de forma muy interesante, pero sin lograr los resultados esperados. La marca anuncia un consumo de 2,1 litros cada 100 kilómetros. Cifra imposible de alcanzar en conducción real y mucho menos, con la respuesta que tiene el grupo propulsor del Countryman híbrido que, como adelanto, resulta explosiva si está la batería con carga suficiente. Es adictivo hundir el pedal del acelerador hasta el fondo para sentir el empuje de los dos motores a la vez. Los 385 Nm de par te empotran contra el asiento y avanzan como alma que lleva el diablo hasta los 135 km/h, momento en el que un embrague desconecta el motor eléctrico y deja en solitario al motor de gasolina.

El grupo propulsor de este primer híbrido de MINI se compone de un bloque de gasolina 1.5 de tres cilindros y turbo de 136 CV, tomado prestado del BMW i8 pero con distinta configuración electrónica (la misma del Countryman Cooper), que se ven asistido por un motor eléctrico colocado sobre el eje trasero que entrega 88 CV. En conjunto rinden una potencia total de 224 CV, siempre y cuando, el motor eléctrico tenga un suministro continuo de energía. En cuyo caso, sólo tendremos 136 CV. La autonomía eléctrica homologada es de 42 kilómetros, suficientes para ganarse la etiqueta CERO de la Dirección General de Tráfico y obtener con ello una serie de ventajas muy interesantes. Sin embargo, esa autonomía es, como el consumo, imposible de conseguir incluso mediante el empleo de los diferentes modos de funcionamiento que monta para gestionar todo el conjunto. El motor de gasolina mueve las ruedas delanteras mientras que el grupo eléctrico mueve las traseras, convirtiendo al MINI Countryman Cooper S E Countryman ALL4 en un modelo de tracción total.

Pero que los pequeños inconvenientes mencionados no te lleven a engaño. Se trata de un coche sumamente satisfactorio en su conducción, que ofrece la posibilidad de circular en modo eléctrico por las hostiles calles de las grandes ciudades y si no te entusiasmas con el acelerador, consigue buenos registros en cuanto a consumo. No son los homologados, pero tampoco son precisamente descabellados. Además, es un MINI con todas las de la ley, con una conducción divertida y muy deportiva, muy ágil a pesar de tener una tara de 1.735 kilos. Si disfrutas de la conducción, de sentir el coche y de tomar las curvas a velocidad elevada, este coche será toda una delicia que podrás disfrutar todos los días. Y este, si podemos definirlo así, es uno de los mayores problemas. El coche va tan bien, tan asentado, da tanta confianza que acabas yendo rápido, muy rápido. Si la batería está cargada, sale de las curvas cual misil, frena con contundencia y toma las curvas como si fuera por raíles. Es híbrido, tiene una etiqueta de afirma que contamina muy poco, pero es un auténtico MINI en todos sus apartados.

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    El grupo propulsor de este primer híbrido de MINI se compone de un bloque de gasolina 1.5 de tres cilindros y turbo de 136 CV, tomado prestado del BMW i8 pero con distinta configuración electrónica (la misma del Countryman Cooper), que se ven asistido por un motor eléctrico colocado sobre el eje trasero que entrega 88 CV

    Lateral Mini Countryman hibrido

    Disfruta conduciendo

    El secreto está en los modos de conducción

    Como viene siendo normal en los coches modernos y más si son híbridos o eléctricos, el MINI Countryman híbrido enchufable cuenta con varios modos de conducción. Actuando sobre ellos se pueden modificar diferentes parámetros de funcionamiento para lograr unos consumos bastante bajos, o bien, tener a disposición del pedal derecho todas las prestaciones del grupo propulsor. El secreto del Countryman híbrido está aquí, en los modos de conducción y en su combinación. Al principio cuesta un poco conocerse las posibilidades y lo que ofrece cada uno, pero una vez controlado este apartado, podemos tener el control sobre el funcionamiento del propulsor.

    Por un lado, tenemos el mando eDrive, que controla el funcionamiento del sistema híbrido y tiene tres opciones: MAX eDrive, que representa el funcionamiento puramente eléctrico siempre y cuando, la batería tenga la carga suficiente. Suele ser el menos usado, básicamente para salir de un parking, circular a baja velocidad buscando un lugar para aparcar o situaciones en las que nos interese movernos únicamente con el motor eléctrico. Puede alcanzar los 125 km/h con este modo activado, pero se desconecta en cuanto la batería no tiene energía suficiente o cuando superamos esa velocidad. AUTO eDrive es el nombre del segundo modo disponible. Poca explicación requiere dada su denominación, pero comentar que se trata del modo por defecto y se encarga de gestionar la energía disponible según las necesidades. Si queremos potencia, tendremos potencia, si queremos ahorro, tendremos ahorro. Todo depende del uso que hagamos del acelerador. El tercero es el SAVE Battery, que sirve para ‘salvar’ la carga de batería al 90%, para lo cual, deja de usar el motor eléctrico cuando tiene ese nivel de carga o emplea el motor de combustión para alcanzarlo. Es útil cuando circulamos, por ejemplo, bajando un puerto de montaña o pendientes prolongadas y así, llegar a nuestro destino con la batería al máximo.

    A parte de estos modos tenemos otros tres: Green, Middle y Sport. El primero, empleando la denominación que usan otros fabricantes, es el modo ECO, el segundo el Auto y el tercero, el deportivo. Su activación afecta a la respuesta de la dirección, del cambio (automático Steptronic de ocho relaciones) y de la entrega de potencia. El ECO es interesante para usar en ciudad, pues gestiona todos los sistemas para gastar lo menos posible. El Middle suele ser el más usado por la comodidad que ofrece el olvidarse por completo de todos estos sistemas y el Sport se desentiende por completo de temas de consumo entregando todo el potencial del motor. Con este modo activa el motor responde antes al acelerador, la dirección se vuelve más dura, la caja de cambios estira más las marchas y el motor eléctrico retiene mucho más. Como curiosidad, si se activa el modo SAVE Battery y el Sport cuando bajamos pendientes pronunciadas, la batería se carga mucho más rápido al aprovechar la mayor retención del motor eléctrico y las frenadas que vayamos haciendo.

    Tenemos el mando eDrive, que controla el funcionamiento del sistema híbrido y tiene tres opciones: MAX eDrive, AUTO eDrive y SAVE Battery.

    Opinión Mini Countryman Híbrido

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    El primer modelo híbrido de MINI llega como primer paso a una avalancha de modelos con este tipo de motor, junto a otros con motor totalmente eléctrico. Y lo hace en su coche más vendido, el SUV Countryman ofreciendo una opción diferente a la variante diésel y gasolina. Que cuente con la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico es una ventaja a tener en cuenta, ya que de entrada no se ve afectado por los cortes de tráfico en las grandes ciudades, puede aparcar gratis en las zonas de estacionamiento regulado y tiene descuentos en peajes, por poner algunos ejemplos. Además es un MINI en cada apartado: tacto de conducción, comportamiento, calidad, posibilidades de personalización. Si te gusta conducir y buscas un coche para los tiempos que corren, deberías probarlo.

    Por otro lado hay que decir que no es un coche demasiado grande. Es un B-SUV, un modelo que lucha en el segmento de los BMW X2, Audi Q2 o el recién presentado DS 3 Crossback. Tiene sus limitaciones de espacio, pero no impide un uso familiar por ejemplo. No obstante, sí es interesante contar con una toma de corriente particular, un cargador tipo ‘Wallbox’ donde podamos conectar el coche siempre que no lo usemos. En España, la infraestructura todavía es un poco deficiente y este coche sin un cargador pierde todo el sentido. Por suerte, cada día hay más cargadores y muchos supermercados ofrecen puntos de carga en sus aparcamientos, haciendo del tiempo de compra o de ocio, un momento perfecto para dejar el coche cargando.