24 Marzo, 2020

¿Cómo cuidar tu coche durante una cuarentena?

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Quién nos iba a decir que en pleno siglo XXI, en la era de internet y de la tecnología, nos tocaría vivir una cuarentena con alerta sanitaria como la que estamos sufriendo. Una pandemia global del covid-19, más conocido como “coronavirus”, que tiene confinados en sus casas a millones de personas. Hablamos de un encierro muy estricto, que sólo puede romperse para situaciones que no puedan posponerse: básicamente salir a comprar lo imprescindible, tirar la basura, pasear a las mascotas e ir a trabajar si nos toca, ya que se ha paralizado toda actividad comercial.

La obligación de quedarnos en casa podría parecer sencilla de cumplir, pero más bien es todo lo contrario. Además, al tener que permanecer en casa sin salir para casi nada (bajo riesgo de multan con cifras elevadas), también afecta a otras cosas que, una vez finalizado el confinamiento, puede ser un dolor de cabeza y un agujero para nuestras maltrechas cuentas. Nos referimos obviamente a nuestro coche, ya que pueden aparecer averías que en el mejor de los casos se soluciona con un cambio de batería.

De hecho, el tener que cambiar la batería sería el supuesto más económico, que estaría seguido de la sustitución de los neumáticos. También podría verse afectado los filtros del combustible, pero estos entran dentro del mantenimiento regular de cualquier vehículo y si se ha seguido como corresponde, no debería ocurrir nada que requiera una visita al taller. Pero claro, siempre que el mantenimiento esté al día.

Averías más frecuentes por falta de uso

Un vehículo cualquiera, sin diferenciar categoría o precio, se compone de cientos de piezas, alguna de ellas fabricadas con materiales que con el paso del tiempo pierden cualidades y se estropean, como gomas, cauchos y plásticos. Sin ir más lejos, las gomas y los cauchos sufren con la inactividad y son los primeros materiales en sufrir con situaciones como la actual. Pero no son los únicos elementos que sufren el paso de tiempo sin actividad, porque el sistema electrónico, por ejemplo, puede dar algún problema que otro si el vehículo no se usa durante largos periodos. No obstante, pasamos a revisar las averías más frecuentes y aquellas que podrían aparecer tras la cuarentena.

  • Neumáticos. Las ruedas son las primeras en sufrir una inactividad prolongada. Al soportar el peso de todo el vehículo sumando la inevitable pérdida de presión a lo largo del tiempo, terminan por deformarse y presentar lo que se suele llamar como un ”plano”. Eso crea vibraciones que afectan a la conducción y puede suponer otras averías de no solucionarse, lo que obligará a cambiar al menos dos neumáticos (los neumáticos de cada eje deben ser iguales y con el mismo uso).
  • Aire acondicionado. No lo echamos en falta hasta el dia que lo queremos usar. El aire acondicionado es una fuente de averías recurrente incluso en el día a día normal. Por lo general se usa únicamente en verano, cuando hace mucho calor y supone un error común. El aire acondicionado requiere de uso habitual, pues el líquido que se encarga de enfriar el aire también hace de lubricante para sus componentes internos.
  • Batería. Es el principal problema que muchos encontrarán al intentar poner el coche en marcha. Las baterías se descargan con el paso del tiempo, deben revisarse y cambiar cada cinco años aproximadamente. Si dejamos el coche demasiado tiempo inactivo, la batería se queda sin carga y el coche no arrancará, lo que obligará a llamar a la asistencia en carretera para que nos ayude a cargar o bien, comprar una batería nueva. Y ojo, porque dependiendo de la batería podría dejarnos tirados en muy poco tiempo.
  • Elevalunas eléctrico. Puede parecer que nunca se rompen, pero los elevalunas eléctricos son otra fuente de problemas. Son uno de los elementos que más desgaste sufren por un uso continuado. Sin embargo, el mayor problema de los elevalunas es la humedad, que puede dañar el motor eléctrico por oxidación si no se usa durante largos periodos.
  • Refrigeración. El motor de un vehículo funciona a base de quemar combustible, a excepción de los eléctricos obviamente. Esa quema de combustible genera muchísimo calor que debe ser eliminado, trabajo que realiza el sistema de refrigeración formado por el radiador, tuberías metálicas y de goma, la bomba de agua, diferentes juntas...elementos que se resecan, quiebran y, como cabe esperar, dejan de funcionar tras largos periodos inactivos. Además, si no usamos un refrigerante y en su lugar ponemos agua, se pueden formar depósitos de cal y óxido.
  • Frenos. Por suerte, este sistema es uno de los mejor construido en los coches actuales y los problemas se deben, principalmente, a un mantenimiento defectuoso. Sin embargo, el sistemas de frenos funciona gracias a un líquido que se debe cambiar cada dos años, pues por su composición, absorbe el agua del ambiente y se deteriora. Además, las pinzas, los discos y las pastillas se oxidan con la inactividad y, sumando al peligro de un fallo en los frenos, debemos sumar un elevado coste de sustitución.

Cuidados del motor durante la curentena

¿Pueden aparecer averías según el tipo de motor o de coche?

Es cierto que algunos de los posibles problemas antes descritos aparecen en casos extremos, como son los frenos o el sistema de refrigeración, además son casos que pueden ocurrir en cualquier coche sin importar el tipo de motor o tecnología. No obstante, cada tipo de coche y cada tipo de motor pueden tener problemas específicos o puede que los problemas comunes aparezcan antes. Por ejemplo, si el coche es muy grande y pesado, la deformación de los neumáticos será uno de los primeros en aparecer y en los coches eléctricos se debe evitar que las baterías se descarguen en exceso, porque podrían deteriorarse y, dado su complejidad de montaje, su tamaño y la tecnología implementada, son especialmente caras (nada que ver con la batería de un coche convencional).

Los motores diésel, por ejemplo, tienen problemas específicos, sobre todo los más modernos debido al filtro de partículas. Se pueden ver en redes sociales cómo han aumentado las llamadas a asistencia en carretera por culpa del filtro de partículas. Este elemento funciona de una forma muy concreta, que hace que acumule muchísima suciedad que puede taponar, literalmente, la salida de los gases del escape. Es decir, es como poner un tapón en el tubo de escape. Para eliminar esa suciedad y evitar el taponamiento, se produce lo que se llama “regeneración”, que consiste en alcanzar un mínimo de 600 grados centígrados para incinerar toda la porquería acumulada (como la pirólisis de un horno). Durante los cortos desplazamientos que permite la cuarentena, es posible que no se llegue nunca a esa temperatura y sea el propio coche quien provoque dicha situación, que debido a la poca distancia de los desplazamientos, puede quedarse a medias. Si esto ocurre tres veces, la avería es totalmente asegura.

Por supuesto, si el coche ha pasado la cuarentena al aire libre, es posible que tenga mucha porquería en su carrocería, suciedad que conviene retirar pronto porque dañará la pintura. Es posible que a simple vista el coche no se vea tan sucio, pero es un efecto visual y la capa de polvo, de residuos de la circulación de otros vehículos, de los árboles y de los pájaros está ahí y puede dejar marca en la pintura del coche, sobre todo en su laca.

Cuidados para el coche que se deben seguir durante la cuarentena

Cuidados para el coche que se deben seguir durante la cuarentena

Evidentemente se puede llevar a cabo una serie de acciones para evitar los problemas que, además, son tremendamente sencillos de realizar. Lo ideal sería haberlo dejado todo preparado, pero nadie esperaba estar más de un mes encerrado en casa sin salir aunque también es justo reconocer que el mayor problema que nos encontraremos al querer usar nuestro coche después del confinamiento será la batería y que las ruedas hayan perdido algo de presión. En realidad, nada muy preocupante aunque sí un poco molesto si necesitamos el coche por alguna urgencia.

Por tanto, y como dice el refranero español, mejor prevenir que curar y por ello, habría que desconectar los bornes de la batería antes de dejar el coche totalmente inactivo. De esta forma reducimos el poco consumo que tienen las baterías inactivas a casi cero. Son muy fáciles de quitar, tan solo hay que aflojar las sujeciones pero hay que hacerlo por orden. En primer lugar se afloja el polo negativo (cable negro por lo general) y se aparta sin que toque con ningún elemento metálico del coche. Posteriormente se hace lo propio con el polo positivo (cable rojo casi siempre) y aunque ya no está recibiendo corriente de ningún sitio, es mejor dejar pasar unos minutos antes de que el cable toque algún elemento metálico.

Si no nos atrevemos a quitar los cables de la batería no pasa nada, pero tendremos que arrancar el coche cada 10 días más o menos. Se puede hacer una vez por semana y que sea más sencillo llevar la cuenta. El problema, al menos durante la cuarentena, viene con el coche aparcado en la calle y la posible denuncia de las autoridades al no ser una necesidad esencial. No obstante, si tenemos el coche en un garaje o si nos arriesgamos a bajar y ponerlo en marcha en la calle, bastaría con tenerlo unos 10 minutos al ralentí.

Más complicado se torna el cuidado de los neumáticos, pues recomienda moverlo al menos unos centímetros para que las ruedas no se deformen. Al ser totalmente imposible, podemos ir a la gasolinera a llenar el depósito (se recomienda tenerlo lo más lleno posible) e inflar las ruedas un poco más de lo recomendado por el fabricante. De esta forma, el neumático no se deforma tanto y evitamos tener que cambiarlos. Este debería ser uno de los males menores, porque para la deformación de un neumático hace falta mucho tiempo en un mes o mes y medio es posible que no ocurra nada, aunque no está de más ser prevenidos.

Para terminar, sería buena idea proteger el coche de las inclemencias del tiempo, aunque esto es algo que se debería hacer siempre. Si es muy recomendable dejarlo limpio por dentro ya que el coche cerrado y, por ejemplo, un cenicero lleno de colillas y restos de tabaco, hará que cuando lo abramos no se pueda entrar del fuerte olor acumulado. Además, pueden aparecer manchas que son muy difíciles de quitar.

Cuando todo termine y podamos volver a salir, hay que revisar el estado de todos los elementos, como los neumáticos, las gomas de las puertas y cosas así. También habría que comprobar el nivel de los líquidos (aceite, limpiaparabrisas…) y cerciorarnos de que todo está correctamente.